"El ignorante afirma, el sabio duda y reflexiona." ARISTÓTELES (384 - 322 a.C.)

lunes, 24 de diciembre de 2012

LA GRAN PIRÁMIDE: QUIÉN, POR QUÉ, CÓMO Y CUÁNDO.


LA GRAN PIRÁMIDE


Es la única de las Siete Maravillas del mundo antiguo que ha llegado hasta nuestros días y la que más preguntas ha originado. A una mente curiosa no se le puede pasar por alto este enorme amontonamiento de piedra que ha sobrevivido a lo largo de los siglos provocando en todos los seres humanos que llegaban hasta ella las mismas preguntas: ¿quién la construyó? ¿cuándo? ¿cómo? y ¿con qué finalidad?. La Historia oficial nos da una explicación cerrada e incuestionable: fue construida por el faraón Keops también llamado Khufu o Jufu (IV Dinastía, 2613-2498) hacia el 2570 antes de J. C., mediante el trabajo turnado de cientos de miles de canteros y obreros que cincelaron y colocaron las piedras a las órdenes del arquitecto Hemiunu, primo de Keops, y su fin era servir como monumento funerario del faraón. Hasta aquí no hay misterio alguno.

Sin embargo, vistos en detalle cada uno de estos aspectos y las "pruebas" que condujeron a arqueólogos e historiadores a sus conclusiones, comenzamos a encontrar detalles de difícil explicación e incluso contradictorios con el propio conocimiento histórico asimilado sobre los egipcios, que nos incitan a cuestionarnos las conclusiones oficiales.
Vayamos por partes.

LOS DATOS.
Se calcula que la pirámide está formada por 2.300.000 bloques de piedra (algunas estimaciones llegan a los 2.500.000) colocados en más de 200 filas hasta la cumbre, y que el peso de cada bloque oscila entre las dos toneladas y media y las sesenta toneladas. El recubrimiento original de caliza, que fue derruido en parte por los terremotos del s. XIII y luego utilizado casi en su totalidad para construir la ciudad de El Cairo por los turcos otomanos en el mismo siglo, estaba formado por 27.000 bloques muy pulidos de un peso de varias toneladas cada uno, en total 70.000 metros cuadrados de revestimiento pulido y liso como un espejo; sólo se conserva parte de la primera hilada de la cara norte. Herodoto decía que toda la superficie de la pirámide estaba recubierta por completo de escritura roja, dato que confirmó Abd-Al-Latif en el siglo XIII señalando que sus caras estaban llenas de caracteres ininteligibles, de modo que podrían llenar diez mil páginas. 
El peso total de la Gran Pirámide se estima en aproximadamente 6.000.000 de toneladas.


Respecto a las dimensiones del monumento, Sir William M. Flinders Petrie realizó la medición que hasta ahora se considera más exacta del monumento. Las medidas que obtuvo fueron:
La altura original: 146,61 m, la actual (debido a la desaparición de los bloques de la cúspide y de casi todo el recubrimiento) es de 136,86. Su volumen total es de 2.592.968 metros cúbicos.
La pendiente de cada lado es de 51º50'35", y la longitud de cada uno de ellos es:
Lado Norte: 230,364 m.
Lado Este: 230,319 m.
Lado Sur: 230,365 m.
Lado Oeste: 230,342 m.
Durante sus mediciones, Petrie constató que en realidad la Gran Pirámide está formada por ocho lados, y no cuatro, de manera que cada una de las cuatro caras se halla partida en dos por una línea central que crea una ligera depresión. Ésta es invisible a la vista, pero perceptible a través de las fotografías aéreas tomadas a principios del siglo XX.
La base de la pirámide es un plano de 920 m. en todo el perímetro, pero se eleva ligeramente hacia el interior para dar solidez a la estructura. En ese plano el ángulo suroestese eleva tan sólo un centímetro y medio más que el noroeste; sobre la diagonal de 325 m. esto supone un error de sólo 0,04 mm/metro.
El inglés John Taylor descubrió que dividiendo el perímetro de la pirámide por el doble de su altura da como resultado el número Pi (3,1416), relación entre la circunferencia y el radio del círculo.
El Codo Real, una medida que aparece en la Cámara del Rey, equivale precisamente a la mitad del metro astronómico, cuyas más exactas mediciones lo estiman en 1,047091 metros.
Hacia final del siglo II a. J.C. Agatárquides de Gnido escribió que la base de la pirámide era exactamente la octava parte de un minuto de arco de la circunferencia de la Tierra.

La Gran Pirámide y las otras dos que la acompañan, la de Kefrén (Jafra) y Micerinos (Menkauré), se hallan construidas sobre una meseta, elevada a 40 metros sobre el nivel del valle de Ghizé, que mide un kilómetro y medio de norte a sur y dos de este a oeste.
Las tres pirámides se encuentran una a una alineadas de manera casi perfecta con los puntos cardinales, siendo el error (redondeando) de tan sólo 5' de arco, lo que es en realidad una gran precisión.

Para hacernos una idea más clara, la distribución interior del monumento es la siguiente (tomado de la Wikipedia):
1.Acceso original, en la cara norte, actualmente obstruido
2.Acceso actual, ordenado abrir por Al-Mamun
3.Bloques de granito, sellando el acceso al pasaje superior
4.Pasaje que comunica con la Cámara subterránea
5.Cámara subterránea
6.Pasaje de acceso a la Gran galería
7.Cámara de la reina
8.Pasaje que comunica con la Cámara de la reina
9.Gran galería
10.Cámara del rey y cámaras de descarga
11.Antecámara
12.Pasaje perforado que comunica con la Gran Galería y la Cámara subterránea
7-10 Canales de ventilación



La distribución interna de la pirámide se reparte entre tres cámaras principales (quizá haya más no descubiertas según algunos arqueólogos) y los pasadizos que conducen a ellas.
La entrada original en la cara norte, hoy en día cerrada, conduce mediante un canal denominado Descendente, con pendiente de 26º34' y un metro de ancho por 1'22 m. de alto, hasta 30 metros bajo el nivel de la meseta tras un recorrido de 105 metros. Luego, un pasillo horizontal de 9 m. de largo, 90 cm de ancho y 80 de alto desemboca en una cámara subterránea excavada en la roca: es la Cámara del Caos o Cámara Inacabada, de 3 metros de altura, 14 de largo y 9 de ancho. Según algunos arqueólogos simplemente quedó a medias; según otros, su interior fue excavado así con alguna intención que se nos escapa, ya que tiene una conformación extraña, con paredes y techo perfectamente labrados, que obligó a los trabajadores a arrastrarse para trabajar la piedra.


El califa Abdullah Al Mamún, hijo de Harun Al-Raschid, y que subió al trono en 813, motivado por las leyendas que hablaban de tesoros fabulosos encerrados en una cámara secreta de la Pirámide, ordenó buscar en ella. Así fue como se hizo el túnel de acceso actual en el año 820, a 17 metros de altura, que entra 18 metros en dirección norte-sur, evitando los bloques con los que se taponaba el canal ascendente y lo alcanza. No es creíble que el túnel fuese practicado al azar, es más probable que Al Mamún tuviera conocimiento de los canales interiores de la pirámide antes de disponerse a picar la piedra. Estrabón hablaba ya en el año 24 a. C. de una piedra basculante que permitía entrar a un pasaje angosto que descendía hasta una cámara situada en la roca a 46 metros bajo la pirámide, llena de agua sucia y sabandijas; y también Plinio y Herodoto lo mencionan aunque con menor detalle.


El Canal Ascendente mide 1 m. de ancho y 1'20 m. de alto, y con el mismo ángulo que el descendente, 26º34', avanza durante 37,5 m. hasta la Gran Galería. En el punto donde se unen ambos hay excavado un pozo de 70 m. de largo que comunica, con un desnivel de 50 m., la Gran Galería con el canal Descendente. 


La Gran Galería, a 22 m. por encima de la base de la pirámide, mide 47 metros de largo y tiene 8 metros de altura. Hacia arriba las hiladas de piedra se van cerrando hasta un techo de 8 m. de ancho, dándole el aspecto de una bóveda escalonada. En el suelo aparecen dos banquetas laterales en las que hay 28 entalladuras en cada una de ellas; siendo 27 los antepasados de Keops -según el historiador egipcio Manetón-, se piensa que esta galería serviría como monumento a los antepasados. Desde el comienzo de la Gran Galería, superando el espacio ocupado antaño una gran losa descendente que ocultaba el paso, se abre un pasadizo norte-sur de 1 m. de ancho y 1'18 m. de alto de 28'5 m, que conduce a la Cámara de la Reina. Aunque los árabes la llamaron así, en realidad nunca hubo allí ninguna reina, y es una sala de 5 m. de lado y 6 en el punto más alto de su techo a dos aguas que estaba totalmente pintada de color azul. Se supone que aquí se conservaba la estatua del faraón, en un nicho de la pared; al fondo de este nicho hay un pozo de 15 m., abierto por el coronel Howard Vyse, que no llegó a sitio alguno. Un detalle curioso es que este nicho se halla desplazado 60 cm. del centro lógico de la cámara, con el fin de que quedase exactamente en el eje de la Gran Pirámide.


En la propia Cámara de la Reina se abren unos pequeños canales cuadrados de 20 cm. de lado en las paredes norte y sur, a 1'5 m. de altura, tapados hasta 1872, fecha en que fueron descubiertos. Ascienden en dirección perpendicular a las caras de la pirámide, y no son pozos de ventilación, ya que las investigaciones realizadas en 1993 por el ingeniero R. Gantenbrink con un pequeño robot revelaron la existencia de una pequeña puerta con pomos metálicos a 65 m. de la Cámara de la Reina. En 2002 se perforó la pequeña puerta y se descubrió una cavidad vacía obstruida al final nuevamente por otra puerta, esta vez sin guarniciones de metal.


Al final de la Gran Galería hay un rellano que termina en un estrecho pasadizo que conduce a la Cámara del Rey, construida por completo en granito rojo, de 10'5 m. de largo, 5 de ancho y 5'82 m. de alto. Su techo está sellado con 9 grandes planchas de granito cuyo peso es de 400 toneladas cada una. No hay nada en ella, salvo un gran sarcófago de granito, extremadamente pulido, de tamaño mayor que las entradas, de manera que tuvo que ser colocado allí durante la construcción. En esta sala hay dos canales de ventilación con salida directa, al norte y al sur.


En 1765 Nathaniel Davison descubrió que en la parte superior de la Gran Galería se abría un boquete de 60 cm. de lado. Por allí llegó hasta la cámara cuyo suelo son las losas del techo de la Cámara del Rey, un recinto de dimensiones similares pero sólo una altura de 1'20 m. Se le llama cámara de Davison. En 1873 el coronel inglés Vyse descubrió otras cuatro cámaras por encima de ella, consecutivas, y a las que llamó cámara de Wellington, Cámara del Almirante Nelson, Cámara de Lady Arbuthnot y cámara de Campbell, ésta última con un techo a dos aguas. estas cinco cámaras alivian el peso sobre el techo de la Cámara del Rey, y se las denomina cámaras de descarga. En la quinta cámara es donde aparece una inscripción señalando a Keops como constructor de la pirámide, es la única inscripción hallada en ella.
Pero aún no parece que se haya explorado en su totalidad el interior del monumento. Los estudios gravimétricos de Jean Kerysel señalan la existencia de una sala junto a la Cámara Subterránea y un pasaje por debajo del canal Ascendente; Guilles Dormion y Jean Patrice Goidin, arquitectos franceses, señalan la existencia de un pasillo y una cámara idénticos y paralelos a la de la Reina y su pasillo; científicos de la Universidad de Waseda en Japón informan de otras estancias junto a la cámara del Rey.


CÓMO

Herodoto, que vió la Gran Pirámide hacia el 450 a. de J.C. contó que -según le explicaron los sacerdotes egipcios- para su construcción se utilizaron artefactos de madera con los que se elevaban las piedras de grada en grada, de manera escalonada, pero no termina de explicar en qué consistían esas máquinas. El historiador griego también dijo que Keops había llegado a prostituir a su hija para financiar la construcción del monumento, que se emplearon grupos de 100.000 hombres relevándose cada tres meses y que se tardó 10 años en construir el terraplén y 20 más en la Pirámide. En resumidas cuentas, esto supondría colocar un bloque cada dos minutos, y si tenemos en cuenta que se utilizaba yeso de fraguado rápido para unirlos, llegamos a la conclusión de que no podía haber lugar para los errores: cada pieza debía encajar en su lugar a la primera. En realidad, cuando Herodoto visitó Egipto, hacía ya más de 2.000 años que las pirámides estaban allí, y se limitó a recoger las informaciones de sus guías. De todos modos, es de sobra conocida por los expertos la tendencia a la exageración del historiador griego. 
Ludwig Borchart, egiptólogo alemán, propuso en 1928 que se habían utilizado grandes rampas perpendiculares a cada cara para elevar los bloques hasta sus hileras. Sin embargo, esto aumentaría mucho el trabajo de construcción, al hacerse necesario elevar las rampas a medida que se ascendía por las hileras. Según Goneim, había encontrado huellas de los muros de dichas rampas, pero otros autores como Dunham descartaron esa teoría, más a favor de la teoría de Herodoto.


En 2007 el arquitecto francés Jean-Pierre Houdin expuso su idea de una rampa exterior hasta los 45 m. de altura, y una rampa interior a partir de ahí, hipótesis avalada por distintos estudios llevados a cabo en la pirámide. Sin embargo, el jefe del Consejo Superior de Antigüedades de Egipto, Zahi Hawass, ha restado importancia a semejante teoría, denegando todo permiso de excavaciones en el interior de la pirámide.
Algunos investigadores señalan el hallazgo de cabello y uñas humanos en el interior de las piedras que forman la pirámide, lo que haría pensar en que fueron "elaboradas", como si fuesen bloques de construcción o ladrillos, mediante algún método químico desconocido. Esta forma de construir facilitaría el trabajo, pero hasta hoy nadie ha concebido un método para ablandar y endurecer la piedra o para crearla que no precise de altísimas temperaturas y presiones. Algo fuera del alcance de la tecnología egipcia que la arqueología nos presenta.
Otros hablan de sonidos de alta frecuencia, cuya vibración permitiría levitar a las piedras, que serían colocadas en su lugar sin ningún esfuerzo. Es cierto que el sonido, en frecuencias y amplitudes determinadas, podría hacer levitar una masa, pero eso sería impensable para levantar del suelo una roca de "tan sólo" dos toneladas. Por otra parte, ignoramos qué tipo de tecnología hubieran debido poseer los egipcios para tal fin, y hasta ahora nada hay según los expertos, que nos lleve a dar veracidad a ésta hipótesis.
El sarcófago de la Cámara del Rey ofrece por sí mismo otro enigma, ya que está cortado con una precisión de 5 micrones, que son 5 milésimas de milímetro, sobre 1,90 m. de alto, precisión que podría ser obtenida hoy en día con sofisticadas herramientas; pero las herramientas utilizadas por los egipcios para conseguir esto continúan siendo una incógnita.
Por aquel entonces, los egipcios contaban con herramientas de cobre -la dilatación por el calor de éste metal le restaría mucha eficacia a la hora de realizar mediciones precisas-, cuerdas de palma y utensilios de observación visual. Según lo establecido por la arqueología, carecían de termómetros, niveles de agua y equipos ópticos, imprescindibles para los errores de medida alcanzados en las construcciones de Ghizé.



QUIÉN Y CUÁNDO

Oficialmente, el faraón constructor de la Gran Pirámide fue Keops o Khufu, hijo de Snefru. Sólo hay dos "pruebas" de ello: el relato de Herodoto y el cartucho inscrito en la pared de la quinta cámara de descarga. Ya hemos visto que el relato del historiador griego ofrece serias dudas, tanto por su reputación como por las fuentes que le informaron, y además por el tiempo transcurrido ya en aquel entonces desde la construcción del complejo. Además, al historiador Diodoro de Sicilia los egipcios le dijeron que las pirámides habían sido construidas por Armoeus, Ammosis e Inaron. 


Respecto al cartucho, Samuel Birch, especialista en jeroglíficos, señaló que estaba escrito en caracteres semihieráticos, un tipo de escritura que no existía aún en tiempos de Keops. Por otra parte, algunos han acusado al coronel Vyse -deseoso de regresar a Inglaterra con un gran descubrimiento a sus espaldas- de haber copiado la inscripción de un libro de la época (Materia Hieroglífica, John Gardner Wilkinson, 1928) en el que representaba la letra CH de Chufú con el signo J de Ra, error que figuraba también en la inscripción. No obstante, la egiptología todavía insiste en atribuir la Gran Pirámide a Keops. Además, en la llamada Estela del Inventario el propio Keops indica que la Pirámide ya estaba allí desde tiempo atrás y se la llamaba Templo de Isis, que él la restauró y se limitó a construir una de las más pequeñas que quedan junto a ella para una de sus mujeres, Henutsen. Como defensa, los arqueólogos dicen que esto es una falsificación hecha por los sacerdotes para deslegitimar a los faraones de la IV Dinastía; pero sólo es un razonamiento.
En una inscripción grabada en la cara norte de la pirámide de Kefrén, la segunda en tamaño del complejo de la meseta de Ghizé, se dice que Mai, Superintendente de los Trabajos, y Seanj-Pa, Intendente de los Trabajos del Templo de Amón en Tebas, trabajaron en la reparación de las dos grandes pirámides.
El autor árabe del siglo XIV Makrizi escribió que el rey Surid Ben Sahluq soñó con un diluvio y ordenó construir las pirámides para guardar en ellas grandes tesoros y todas las ciencias conocidas.
El Cadi el-Galil Abu Abd Allah Mohammed Ben Salamat el-Qodai también dijo que fueron construidas antes de un diluvio que llegaría cuando el Corazón del León se encontrara en el primer minuto de la cabeza del Cangrejo, es decir, unos 5.300 años a. J.C.
Un tercer autor árabe, Abu'lRihan el-Biruni comentó que las huellas del diluvio, una marca hacia la mitad de la altura de la pirámide, aún se distinguían en el revestimiento antes de que éste fuera desmantelado.

POR QUÉ

Respecto a la finalidad de las pirámides, tradicionalmente se ha asumido que eran un lugar desde el que el alma del faraón alcanzaría las estrellas, y la postura oficial dice que la Gran Pirámide habría sido la tumba de Keops y su sarcófago habría contenido la momia. Curiosamente, jamás se ha hallado momia alguna en una pirámide. La pirámide del faraón Sekhemjet, por ejemplo, inviolada, al ser abierta por primera vez, mostró un sarcófago vacío. Además, a Snefru se le atribuyen tres pirámides: ¿tres tumbas para un faraón?
Se ha dicho de todo sobre el motivo último de la construcción de la Gran Pirámide: un gran calendario, un observatorio astronómico, un generador de energía, una baliza para naves espaciales de un remoto pasado, una biblioteca codificada en piedra conteniendo el saber de una antigüedad perdida, etc...
Algunos autores, como Robert Bauval, ven el conjunto de las tres pirámides de Ghizé como coincidentes en posición y tamaño con el cinturón de la constelación de Orión, y mediante programas informáticos han obtenido la fecha del 10.500 a. J.C. para el comienzo de la construcción, momento en que la constelación de Orión exactamente coincidía en el horizonte con el conjunto monumental; otros autores han mencionado una imprecisión angular en la pirámide de Micerinos y precisan que las pirámides encajarían mejor en las estrellas de la constelación del Cisne.
Algunos autores han creído ver en la Gran Pirámide las medidas a escala del Sistema Solar, del radio de la Tierra y su distancia al Sol, y de muchos otros datos geofísicos y realmente, con un poco de ingenio matemático no les ha sido difícil ajustar los cálculos para que así sea. La cuestión es si esos cálculos no serán más fruto del deseo de buscar significados a la pirámide que una representación real de conocimientos por parte de los egipcios; no obstante, las incógnitas y curiosidades están ahí.



Así pues, tenemos algunas cuestiones que siguen sin aclararse:
  1. Cómo fue construida: qué herramientas utilizaron, cómo se midió, cómo se planificó la construcción y cuántos obreros y de qué manera participaron en ella. 
  2. Cómo fueron cortadas, pulidas y ajustadas las grandes losas de granito del interior, una roca que con herramientas de cobre jamás hubieran podido trabajar con ese resultado.
  3. Qué utilizaron, y cómo, para elaborar los pulidos vasos decorativos de diorita de aquella época que aparecen en los museos (la diorita es una roca durísima para la que hubieran necesitado diamantes).
  4. Cómo se pulieron los bloques del revestimiento, cuya calidad es comparable con la perfección óptica de los espejos de los telescopios.
  5. Quién construyó u ordenó construir la pirámide, si no fue Keops.
  6. Cuándo se construyó, si éste último se limitó a restaurarla.
  7. Y lo más importante: por qué.

Realmente, a tenor de lo sabemos, podríamos pensar que el desarrollo de la cultura egipcia (o una cultura antecedente de la que heredó el conocimiento) se produjo mucho antes de lo aceptado por la historia oficial, y podríamos observar cómo después de la Gran Pirámide, las construidas en fechas posteriores van mostrando un menor tamaño y calidad, como si en el Imperio Antiguo se contara con medios y conocimientos que poco a poco se fueron perdiendo y que ya no alcanzaron las generaciones posteriores.

Sea como sea, sin necesidad de dejarnos llevar por improbables especulaciones, lo cierto es que la Gran Pirámide ha fascinado al ser humano durante, al menos, 45 siglos, y podría seguir ejerciendo el mismo efecto en nosotros durante miles de años más.

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