"El ignorante afirma, el sabio duda y reflexiona." ARISTÓTELES (384 - 322 a.C.)

jueves, 26 de julio de 2012

101 cosas que olvidamos.

Muchas personas recurren hoy en día a los libros de autoayuda. Unos porque se sienten perdidos en sus vidas y necesitan encontrar el norte de nuevo, otros porque se encuentran superando una crisis personal que se alarga más de lo debido, unos pocos por curiosidad buscando nuevas ideas o formas de ver el mundo.
Existen muchos títulos, muchos autores y mucha redundancia en los contenidos. La mayoría pretenden vendernos una manera milagrosa o supuestamente nueva de comprender la vida que nos llevará al éxito, a la fama o a la riqueza. He leído muchos de éstos, al principio por curiosidad, y más tarde por interés profesional, y pocas diferencias esenciales pueden hallarse entre unos y otros: la mayoría son de autores norteamericanos, la mayoría nos proponen ideas, planes personales o conductas a las que se puede llegar mediante el sentido común, la mayoría terminan arrinconados en mi biblioteca, y unos pocos son, literalmente, pura charlatanería que reporta pingües beneficios a su autor y mucho desconcierto al lector. Muy pocos aportan contenidos de calidad, sensatos y útiles a quienes depositan en ellos sus esperanzas emocionales o espirituales.
Sin embargo, existe un libro cuyo título rebosa una curiosa honestidad: 101 cosas que ya sabes, pero siempre olvidas. Su autor, Ernie J. Zelinski, un consultor de negocios canadiense ya entrado en años, ha recopilado una interesante lista de frases que recogen la sabiduría que nos otorga el sentido común y que, como bien dice, nunca recordamos en nuestra vida diaria. Está claro que no aporta nada especialmente nuevo, y está claro que cuando lo leemos asentimos a cada párrafo con la cabeza, ya que nos suelta verdades como puños. Sin embargo, es un libro fácil de leer, ameno, y rebosante de una gran sabiduría. Zelinski nos proporciona una filosofía vital realista, sencilla, y práctica. No presume de planteamientos milagrosos ni entrega fórmulas magistrales; se limita a recordarnos la realidad, a estimular nuestro buen sentido y a recordarnos la importancia del optimismo, la autoestima, el esfuerzo; nos anima a vivir el presente y a disfrutarlo. Resulta una lectura muy estimulante y provechosa.
Os recomiendo que lo leáis, y si decidís comprarlo tenedlo a mano. Es posible que recurráis a su lectura de vez en cuando para tener presente todo aquello que a menudo nos parece demasiado obvio para recordar.


El arte de vivir en un mundo complicado

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