"El ignorante afirma, el sabio duda y reflexiona." ARISTÓTELES (384 - 322 a.C.)

sábado, 18 de agosto de 2012

FIREFLY, LA SERIE OLVIDADA.


Cuando hablamos de ciencia-ficción para la tv, pensamos casi siempre en Star Trek  y sus derivados, o en Stargate y sus múltiples secuelas. Desde la década de los 60 se han realizado incontables series para la televisión, como Perdidos en el Espacio, Los Invasores, la popular Galáctica, V o las actuales Doctor Who y Fringe, por mencionar algunas. 
En 2002 se estrenó Firefly, una creación original que rompía con la ciencia-ficción vista hasta entonces en la pequeña y gran pantalla. El director y escritor responsable era Josh Whedon, creador también de Buffy, la cazavampiros y Angel. Una serie extraña donde el universo del western se mezcla con expresiones y decoraciones chinas, naves espaciales de gran originalidad y realismo, una sociedad dividida entre la élite que vive en los planetas exteriores y los colonos de los mundos vencidos, y el ambiente de desolación tras una guerra fratricida.  
Hacia el año 2517 la humanidad ha colonizado un sistema estelar múltiple, gigante, lleno de planetas habitables para el ser humano. Tras una guerra con gran paralelismo a la Guerra de Secesión norteamericana, los mundos del borde son anexionados a la fuerza a la Alianza,  y la vida en ellos se vuelve difícil, semejante a la de los primeros colonos del Oeste americano. Es en ésta mezcla de western-ficción donde se mueven nuestros personajes, tripulantes de un carguero de la serie Firefy con forma de gran pájaro metálico llamado Serenity. Sobreviven haciendo transportes o trabajos de dudosa moralidad entre los mundos del borde, y en constante huída de una raza de nómadas caníbales despiadados (los Reavers), de las fuerzas de la Alianza y de los hombres de manos azules que persiguen a los dos fugitivos refugiados a bordo. 


Los personajes son variopintos, con fuerte personalidad y muy originales. Os los presento:
El capitán Malcolm Reynolds, antiguo sargento del ejército que perdió la reciente guerra, resulta ser un personaje cínico, amargado y desconfiado, pero en el fondo compasivo y muy protector con su tripulación. 
Desde la guerra la acompaña Zoe, una mujer fuerte y luchadora; aunque no son pareja, la relación entre ellos es de total complicidad y confianza. 
Jayne es el típico forzudo y tontorrón, aunque a menudo se comporta de manera egoísta y desconsiderada; antiguo asesino a sueldo, en el fondo teme al capitán y le obedece. Wash, marido de Zoe y piloto de la nave, optimista algo ingenuo y asustadizo, ha de demostrar su extraordinaria habilidad a los mandos de la nave huyendo de los perseguidores.
Kaylee, una joven siempre sonriente, pacífica y cariñosa, es la mecánico de a bordo. Sin título ni estudios, posee una habilidad innata para comprender el funcionamiento de cualquier aparato, y trata a la Serenity con mucho cuidado y esmero como si fuera su mascota. 
Inara, una hermosa acompañante (la versión sofisticada y culta de una prostituta autorizada del siglo XXVI), vive en una de las lanzaderas de la nave por contrato con el capitán. La presencia de una acompañante  a bordo es imprescindible para poder aterrizar en muchos lugares. La relación entre ella y el capitán es tensa y a menudo fuente de conflicto; resulta evidente que se aman, pero Reynolds antepone su repulsa a la profesión que ella ejerce y nunca es claro con sus sentimientos, aunque sí con sus actos.
Derrial, un sacerdote errante, sube a la nave como pasajero en el primer episodio, y allí se quedará tras ver cómo son las vidas de los tripulantes, sus sufrimientos y luchas constantes. Siempre moderado y mediador de conflictos, es un personaje enigmático con acceso a lugares oficiales y ciertos privilegios inexplicables.
Simon Tam, médico, ha rescatado a su hermana River, superdotada, de una institución en la que realizaban experimentos con ella con fines no muy claros, y suben a la Serenity como pasajeros (ella escondida en un contenedor) huyendo de los hombres de manos azules. Mientras él se muestra tímido pero valeroso cuando hace falta, ella está totalmente desequilibrada, a ratos tranquila, a ratos histérica por las visiones y pesadillas que tiene, mostrando capacidades psíquicas en determinados momentos, y necesitando siempre de los cuidados tranquilizadores de su hermano.
Éste grupo de personajes deberán hacer frente a problemas de todo tipo que se les irán presentando a lo largo de los 14 episodios de la serie. Hay suspense, acción, romance, momentos de dolor y momentos de reflexión, siempre tiznados de esa desesperanza agridulce que envuelve al protagonista principal. No faltan los momentos de humor y desenfado, estratégicamente insertados, lo cual alivia la constante sensación de realismo de la serie. 
En el aspecto técnico, los efectos especiales son magistrales. Las imágenes de las astronaves, sus movimientos, las explosiones, los planetas, todo está tan bien creado que parece real. Además, los movimientos de cámara contribuyen a incrementar esa sensación. 
La Fox decidió terminar la serie tras emitir 11 episodios alegando motivos de audiencia. Tras la cancelación, los fans presionaron lo suficiente para que Whedon dirigiese una película que de alguna manera cierra la trama inacabada de la serie: Serenity. Recibió una gran cantidad de premios.
Firefly es una serie que merece verse. Es inteligente, carece de las ñoñerías y convencionalismos de otras series más populares, y posee un sentido de la aventura difícil de encontrar hoy en día en la tv o el cine. 
Pronto os daréis cuenta de que sus 14 capítulos os saben a poco.  Que la disfrutéis.

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